Podrás huir del estrés y de la masificación, por lo que tus vacaciones servirán para desconectar y disfrutar de la isla. Una opción para ello es visitar sus maravillosas playas. Entre ellas destacamos la Playa de Migjorn, un paraíso de fina arena blanca y aguas cristalinas, rodeado por un bosque de pinos. La Playa de Ses Illetes, que es una larga lengua de arena blanca que se adentra en el mar desde la punta norte de Formentera, creando una playa con aguas color turquesa a ambos lados, la cual se encuentra rodeada de plácidas piscinas naturales, donde disfrutará de un espectáculo natural magnífico. O la Cala Saona, espectacular playa de fina arena blanca y agua de una claridad incomparable.
Pero no podemos abandonar la isla sin conocer lugares mágicos como el Faro de la mola, que se sitúa al borde de un acantilado de 124m con unas vistas excepcionales sobre el Mediterráneo. Desde lo alto verá unas grutas esculpidas por la erosión del mar. Si quiere ver de cerca el espectáculo que ofrecen las olas al azotar los acantilados, una escalera permite bajar hasta una pequeña entrada de mar. O visitar San Francesc, se trata de una tranquila localidad con típicas casas blancas que a pesar de la influencia del turismo, sus calles mantienen el mismo carácter de antaño. En ella encontrará varios lugares de interés como la Iglesia de San Francisco, el Museo de etnografía de Formentera o sus famosos Molinos de viento.
Y por supuesto, su gastronomía nos garantizan un pescado y mariscos frescos y de calidad. El postre típico del lugar es el Flaó, delicioso pastel elaborado con huevos, queso fresco y hierbabuena.
Y tras una buena cena, para relajarse y disfrutar del momento podemos acompañarlo con Frígola, que es un sabroso licor de tomillo, muy demandado en la isla.
Podrás huir del estrés y de la masificación, por lo que tus vacaciones servirán para desconectar y disfrutar de la isla.Una opción para ello es visitar sus maravillosas playas. Entre ellas destacamos la Playa de Migjorn, un paraíso de fina arena blanca y aguas cristalinas, rodeado por un bosque de pinos. La Playa de Ses Illetes, que es una larga lengua de arena blanca que se adentra en el mar desde la punta norte de Formentera, creando una playa con aguas color turquesa a ambos lados, la cual se encuentra rodeada de plácidas piscinas naturales, donde disfrutará de un espectáculo natural magnífico. O la Cala Saona, espectacular playa de fina arena blanca y agua de una claridad incomparable.
Pero no podemos abandonar la isla sin conocer lugares mágicos como el Faro de la mola, que se sitúa al borde de un acantilado de 124m con unas vistas excepcionales sobre el Mediterráneo. Desde lo alto verá unas grutas esculpidas por la erosión del mar. Si quiere ver de cerca el espectáculo que ofrecen las olas al azotar los acantilados, una escalera permite bajar hasta una pequeña entrada de mar. O visitar San Francesc, se trata de una tranquila localidad con típicas casas blancas que a pesar de la influencia del turismo, sus calles mantienen el mismo carácter de antaño. En ella encontrará varios lugares de interés como la Iglesia de San Francisco, el Museo de etnografía de Formentera o sus famosos Molinos de viento.
Y por supuesto, su gastronomía nos garantizan un pescado y mariscos frescos y de calidad.El postre típico del lugar es el Flaó, delicioso pastel elaborado con huevos, queso fresco y hierbabuena.
Y tras una buena cena, para relajarse y disfrutar del momento podemos acompañarlo con Frígola, que es un sabroso licor de tomillo, muy demandado en la isla.